Aún en el fondo del estanque puede renacer una chispa de esperanza



"At the moment of death we will not be judged according to the number of good deeds 
we have done or by the diplomas we have received in our lifetime. We will be judged 
according to the love we have put into our work." 
Madre Teresa  de Calcuta 

     Esta película, aún en lo sombrío del escenario,  es un sublime canto a la vida entonado no solo por una banda de sonido excelente sino por los ideales de su protagonista. Clément Mathieu, un profesor de música desempleado, se sintió fuertemente conmovido al estar frente a un grupo de niños que vivían cruzando la línea entre la rebeldía catalogada como maldad y los castigos excesivos e injustos. Para él sólo eran niños inocentes de su presente y almas llenas de deseos y sueños, infantiles, fantásticos algunos, pero sueños que demostraban que también ellos querían algo mejor  en el futuro. El sólo hecho de dudar acerca  de si esos chicos eran “causas perdidas” sin importar el ambiente, lo que sufrían, la edad que tenían, sus familias, hizo que el profesor sustituto  dudara. Y esta duda lo condujo a la acción. El pensó – “No son buenos pero están cantando.”- Frente a los actos “no buenos”, creía vislumbrar la esperanza. Si los niños eran capaces de apreciar la música, quizás ella pudiera ser usada como elemento de cambio dentro del grupo.

            ¿Pero fue lo de Clément Mathieu sólo una idea intuitiva basada en la música como herramienta y último recurso? Probablemente no. La educación es comunicación con otro que con su presencia conmueve la existencia. Y en ese “yo” y ese “otro” hay un “nosotros”. Desde ahí puede construirse o destruirse. La educación aspira a la construcción del hombre, a hacerlo más humano en el mundo de la vida que se presenta. Así es como en este cruce de alteridades se construyen y descubren significados. Pero, ¿qué significados pretendía construir o descubrir el prefecto?

            Clément Mathieu apuntaba a ir más allá de la formación de un coro con fines académicos. Buscaba cambiar el sentido y la percepción de la realidad y del mundo  como se mostraba dentro del reformatorio. Pero antes que nada, debió confiar en los niños, y a la vez poner ante ellos un desafío. Los perseverantes ensayos mostraban que Clément Mathieu no era “como los otros maestros”. Él esperaba algo de los alumnos, los alentaba y los corregía negociando los castigos, ocultando la identidad de “los culpables”, devolviéndoles la falta de respeto por la ironía bonachona y entablando con ellos una relación más personal que la que hubieran tenido antes con otros preceptores. Sabían que Mathieu era más flexible y poco a poco empezaron a confiar en él y a quererlo porque notaban su preocupación por ellos y su dedicación, también con Morhange, el  mejor  del coro.

           Clément Mathieu no sólo se valió de la música, en tanto experiencia estética, para cambiar las circunstancias de hastío, desinterés y violencia que los niños vivían a diario. Utilizó también  la influencia y el contacto humano donde el sujeto pone en juego su voluntad y su libertad. Porque no puede educarse sólo “una parte” del hombre sino que se lo educa en torno a la totalidad que ya es en sí.

            Para que la educación perfeccione al hombre es condición sine qua non encontrarse con el otro y reconocerlo como persona. Sin ésta no puede despertarse al hombre de su encierro que no es otra cosa que la prescindencia de la necesidad de hacer de este mundo un lugar habitable para todos. El hombre que busca educarse sin salir de la perspectiva individualista, sólo busca instrucción. La instrucción, el conocimiento en sí, no compromete voluntades en torno a mejorar la propia  existencia y la de los demás.  La instrucción necesita de cerebros que piensen y la educación, además de esto, necesita de corazones capaces de latir. Es en “lo educable” del hombre donde este “corazón-razón” puede hacer que él se busque a sí mismo y aspire a trascender lo meramente físico y vuelva sus ojos y su accionar hacia lo esencialmente humano. Sólo la educación puede causar en el hombre el no permitir que el misterio de la existencia deje de estremecerlo cada día, razón motora de su deseo por descubrirse y develarse a sí mismo en cuanto a lo que es y lo que podría llegar a ser, aquello que puede llenar el corazón humano.
           
            Clément Mathieu fue un maestro que comprendió no sólo la dimensión social de sus alumnos sino también su dimensión universal, la continua búsqueda del hombre de un lugar en el mundo (alojados quizás en los deseos de escapar de los muchachos) y, en la doble transferencia de objeto y afecto como parte del hecho educativo, produce, como el amor, algo en aquellos a quienes se educa. Por lo cual, me atrevo a decir, queridos amigos, que la educación no es posible si primero no se cree en el ser humano, en lo que es el hombre y lo que puede llegar a ser. Una especie de filantropía basada en la fe de las potencialidades existentes, como simiente de lo bueno, bello y verdadero que en él habitan.         

16 chispas crepitando:

MORGANA dijo...

Está película me marcó profundamente cuando la ví y aunque lo haga cien veces lo seguirá haciendo.
Una buena crítica a esta maravillosa película.
Gracias por tus palabras en mi casa.
Mil besos.

Vasalisa la Sabia dijo...

Sé que no es un estreno pero como las grandes obras del cine siempre hay aquellos que no la han visto y otros a quienes cada vez que la volvamos a ver nos mostrará significados más profundos aún.

Gracias por venir hasta el fuego, recuerda que te espera cálidamente todas las veces que lo desees.

Mil besos de regreso.

TORO SALVAJE dijo...

No la he visto aún.
Ahora me apetece.
Ni tan sólo sabía quien era él.

Saludos.

Mariluz GH dijo...

Una de las películas que más he disfrutado.

Estamos en tiempos de "crisis educacional", tal vez deberíamos volver la vista a métodos que hagan grupo en lugar de fomentar la rivalidad; métodos que consigan recuperar el respeto por todo y por todos...

Gracias por llegar a la casa del loco y traerme hasta la tuya :)

Vasalisa la Sabia dijo...

En respuesta a Toro Salvaje: ojalá la veas pronto, es una fuente de inspiración.

Gracias por llegar hasta este fuego. Vuelve pronto.

Vasalisa la Sabia dijo...

En respuesta a MariluzGH: la crisis de la educación encuentra su correlato en la crisis del hombre. Personalmente desconfío de los métodos, prefiero creer en las personas. Aunque si es cuestión de educar sólo hay uno infalible: el diálogo y el afecto.

Gracias MariluzGH por venir hasta el fuego y quedarte junto a él a hacerme algo de compañía.
Si vieras como chisporrotea cuando te le acercas, será que conoce de tu fuego interior mujer sabia?

Dos besos.....

gianna dijo...

en Argentina no se difundió todavía esta película.
Pero mi visita a tu hermoso e interesante blog es para agradecerte por tus comentarios tan acertados y cariñosos hacía mi blog y mi persona.
Un beso

Vasalisa la Sabia dijo...

En respuesta a gianna: como dije,la película no es un estreno, tiene un par de años ya. Seguramente tú le podrás sacar el jugo.

Gracias por venir hasta este humilde fuego y quedarte en torno a él.

Un beso

TORO SALVAJE dijo...

He vuelto.
Que conste.

Vasalisa la Sabia dijo...

En respuesta a TORO SALVAJE: el crepitar naranja del fuego da cuenta de tu regreso.

Quédate.

Cecy dijo...

Vi esta película hace unos años, de casualidad porque debía hacer un trabajo, me gusto, es una joyita que todos deberían ver.

Saludos.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Me gustó mucho esta palícula y por supuesto la música que escucho muy asiduamente.
la labor de este maestro es la que describes. No se puede educar si no se cree que la persona a la que va dirigida esa educación, es un ser humano.
Por supuesto que te dejo que te acomodes en "La Casa Encendida", es unverdadero placer y dejo la puerte entre abierta y la luz dada.
Besicos muchos.

julia rubiera dijo...

gracias por la recomendación, muchos besinos y feliz inicio de semana.

Alicia Abatilli dijo...

Hola Vasalisa.
Un gusto leerte, descubrirte y encontrarte.
Tus recomendaciones muy oportunas.
Gracias
Alicia

Vasalisa la Sabia dijo...

Cecy, La casa encendida, Ozna-Ozna y Alicia María Abatilli, gracias por reunirse junto al fuego que quiere fundirse con lo femenino que centellea.

Si lo desean pueden quedarse.

David Cotos dijo...

Maravillosa película.

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